martes, noviembre 06, 2007
miércoles, septiembre 06, 2006
Caminar.com
Caminar debe ser uno de los mejores inventos que se han hecho. Sin duda es una de las actividades más importantes y a la vez interesantes en la vida. A mí me gusta eso de valerte de tus pasos para llegar a algún lugar. A veces prefiero caminar en vez de tomar el metro o la micro. Caminando se pasa mejor, tienes más tiempo para observar, pensar, disfrutar de un trayecto. Cuando estás solo claro, porque si estás con alguien en tu caminata todo cambia.
Ha sido bautizado como el “Rey de los ejercicios”. Seguramente porque es el más simple y el más practicado. No hay quien no haga deporte si pensamos que al caminar ayudamos al organismo. Pero la cosa no se trata de caminar sólo de la puerta de la casa al auto. Sino tener el hábito. Preferir trasladarse con los pies en el suelo y no en el acelerador. Con los pies en la vereda y no siguiendo el ritmo de la cumbia en la micro.
En Puerto Varas todo era más fácil. Caminabas un poco y estabas donde necesitabas, dabas otro paso y llegabas a otro lugar. Distancias muy cortas en contraste con Santiago, donde no sólo los recorridos para llegar a un sitio son interminables sino que el ruido es molesto. En el sur escuchas el viento, la lluvia sobre tu parca, el lago, los truenos o los árboles agitándose violentamente. Sin embargo, un invento casi tan bueno como la caminata ha hecho que la vida de peatón me sea más simple. ¡Un reproductor MP3456…! Con él las bocinas desaparecen, el sonido de las motocicletas se remonta al siglo XIX. Los silbidos de los sapos de micro quedan en el olvido. Todo se ameniza.
Pese a todo caminar siempre será un agrado. En cualquier lugar y superficie. Pisar las hojas o el pasto en un bosque, la tierra o piedras en una montaña, la arena en la playa, la nieve en la nieve. A pie pelado o con zapatillas. Bajo la lluvia o un intenso sol. Todo vale al momento de caminar. Todo se disfruta.
Siempre he querido estar toda una noche caminando. Dando vueltas por ahí, sin rumbo fijo. Pasear por la calle, conocer la ciudad a pie pero cuando todos duermen, festejan o lo que sea. Caminar de un lado a otro sin preocuparse. Solo o acompañado. En un par de oportunidades ya me he trasladado a pie desde el Estadio Nacional hasta mi departamento 43 de noche, pero eso sólo ha sido como una hora de viaje. Yo quiero caminar y caminar y caminar. Aunque no siempre se puede. Hay que tener tiempo y energía para poder moverse con los pies.
Puede que sea más lento. Quizás sea más agotador. Tal vez no te diviertes tanto. Y lo más probable es que no a todos les guste. Pero de que se avanza y de que es un buen invento no tengo dudas. ¿Caminemos?
martes, agosto 29, 2006
Me escupió un "homeless"
Continué avanzado, con paso un tanto exaltado y con rápidas miradas hacia atrás para comprobar que el hombre de barba desgarbada y pelo sucio no me siguiera. Intercalaba la vista entre lo que podría ocurrir a mi espalda y mi pantalón para ver si había rastros del ataque. No podía creerlo, no había hecho nada, tan sólo pasé caminado por ahí, por donde paso cada día y este tipo, simulando a un hincha de fútbol pegado al alambrado para intentar manchar con saliva a un jugador, quiso hacer lo mismo conmigo.
No entiendo su comportamiento, ni el de ninguna persona que escupa a otra. Un acto tan bajo como tirar ese líquido un tanto viscoso sobre otro ser humano me causa un gran rechazo. Y no es la primera vez que me pasa. Ya recibí un proyectil de fluido bucal en otra ocasión. Aunque esa la acepté, porque no fue ni de una mujer ni de un hombre. Fue un animalejo. Una llama, el bicharraco experto en escupos.
Cuando aún iba al colegio, un día fui a la casa de un amigo que coleccionaba de estos animales en Puerto Varas. Él alimentaba a unas llamas con pasto y frutas. Yo me disponía a darle una manzana en la boca a uno de los herbívoros. Éste se acercó lenta y amablemente mirándome a los ojos y cuando estaba a punto de comer el fruto ¡PAFFF! Lanzó un disparo que no me permitió reflejo alguno. El impacto dio justo en mi boca, por lo que tuve la posibilidad de degustar el fluido llamístico.
Si bien el escupo del homeless.com no me alcanzó, y el de la llama sí, lo de hoy fue algo más extraño y sorprendente. El animalito pudo verse ofendido con mi ofrecimiento de manzana verde, quizás él se sentía capaz de alimentarse solo, y su actitud fue como decirme “hey yo puedo solo ¿ok? No quiero tu manzana”. Pero lo del tipo en la calle no lo entiendo, no le hice nada. Tal vez sólo fui su blanco para jugar a la puntería. Qué sé yo.
domingo, agosto 20, 2006
Esas Zapatillas
El otro día le decía a una amiga que yo usaré zapatillas toda mi vida. Incluso en el trabajo. Realmente espero poder hacerlo porque esos zapatitos negros apretados, duros y feos, me disgustan al nivel de las guatitas, que son blandas y elásticas, como una zapatilla, ¡vaya paradoja! Creo que un buen par de zapatillas puede hacernos sentir mejor. Al menos a mí me pasa. Me gusta mirarlas. Tocarlas. Incluso olerlas. Aún no me como una, pero todo a su debido tiempo. Tengo algunas exigencias para que unas “Tillas” lleguen a mis pies. Tienen que ser de marca, lo cual me perjudica en algunas ocasiones por el elevado precio, pero si son muy cool vale la pena. Tienen que ser de colores fuertes, o al menos tener una parte luminosa. No deben ser muy grandes, o sea que no sean anchas. Zapatilla “skater”, gorda como prieta, no gracias. Prefiero unas que tomen la forma del pie. ¿Marcas? En primer lugar tenemos Adidas (viene de Adi Dassler, creador de la marca), en segundo puesto Puma y en el tercero Converse. En un cuarto sitial podríamos ubicar a Nike, sin embargo eso sólo se remite a algunos modelos.
Los cordones juegan un rol preponderante. Con ellos podemos lograr una nueva zapatilla, puede cambiarle completamente el aspecto. Darle más vida o entregarle un poco de seriedad si la situación lo requiere. Mis últimas “Tillas” son blancas con verde, venían con cordones blancos, ese era el color predominante, pero al ponerles unos “lazos” verdes, se equilibraron un poco los tonos. Luego les puse unos amarillos, que las dejaron más bellas aún. Con aspecto más veraniego o primaveral. Creo.
¿Por qué zapatillas?
Se ubican en la parte más baja del cuerpo. Es ahí donde suelen usarse, en los pies. Quizás, después de los calcetines y la ropa interior, las zapatillas sean la prenda menos vista. Pero no cuando son vistosas. Azules con amarillo por ejemplo, ya me dijeron por ahí que yo era “el niño de las zapatillas raras” cuando mi vida era solitaria y al parecer no pasé desapercibido gracias al azul y amarillo de mis pies. Tuve, de niño, unas con luces, que me impedían jugar a la escondida de noche, pero me permitían ser un iluminado. Creo que el afán por las zapatillas va por la comodidad y porque hay una infinidad de modelos donde elegir. Además creo que las “Tillas” que uno escoge representan la personalidad. A mí me gustan con colores fuertes porque son más alegres. Simple.
El otro día tuve un cumpleaños de una amiga de la universidad, lo celebró en una discoteca, y poco antes de ir me avisaron que no podía entrar con zapatillas blancas. No entiendo la razón. Un lugar para jóvenes, donde quieren que uno vaya vestido de smokin? Mi falta de determinación me hizo cambiar las que ya tenía puestas por unas grises que adquirí a precio de ganga na.
Chile es aún un país subdesarrollado en materia de calzado. Tal vez en vías de desarrollo, pero igual eso es un concepto apresurado. He visto zapatillas por la Internet, y es ahí cuando uno se da cuenta de que nos falta mucho para lograr un nivel óptimo. Una de mis favoritas no llega a nuestras tierras, el modelo de Puma Lab II de la foto de más arriba.
La moda de las zapatillas ha ido tan lejos, pero tan lejos que los diseñadores tuvieron que dar la vuelta en el tiempo y volver al pasado. Muchas de las zapatillas que se venden a un altísimo precio son realmente modelos de hace 20, 30 ó 40 años, y que han sido renovados en sus materiales y fabricación. Pero son diseños antiguos traídos al mundo moderno. Una evolución de las zapatillas basada en el pasado. Un negocio que seguirá en alza y que llevará, ojala, por favor, espero, deseo, a que en el futuro la zapatilla se pueda usar donde uno quiera. Ya me gustaría ver a la Presidenta Michelle Bachelet con un par de Converse rojas.
martes, agosto 08, 2006
Puntualidad Epidérmica
martes, julio 11, 2006
Lloro...
viernes, julio 07, 2006
De Paseo por la Luna
El otro día fui a la luna porque me encargaron escribir un guión cinematográfico. Pensé que sería fácil, pero no. Demasiadas distracciones. Primero me detuvieron en la aduana porque no podía pasar más allá de la atmósfera con el tarro de leche condensada que llevaba conmigo. Sin recibir explicaciones científicas me lo tomé entero para que los guardias del espacio no tuvieran la posibilidad de probar ni siquiera una gota.
Una vez en la luna me disponía a redactar el guión. Pero me encontré con Dan Brown. Luego de una breve charla me dijo que si miraba en tal dirección, justo a las 9.37 vería la silueta perfecta de Leonardo Da Vinci. Sin embargo, creo que mi reloj estaba malo o no funcionó allá arriba, porque después de esperar harto rato, mirando al punto indicado, no apareció ni la punta de la nariz de Da Vinci, y eso que era bastante narigón. Harto bromista salió Dan Brown, y yo ingenuamente le creí.
Trataba de pensar en algo ingenioso para el guión. Pero nada me gustaba. Se me ocurrió contar la vida de un fotógrafo cuya carrera se disparaba gracias a una mariposa que se cruzó frente a su lente. Pero me pareció muy aburrido. Entonces saqué mi cámara digital, para fotografiar la vista que tenía en ese momento, mientras tomaba un jugo de arándanos. Apenas la encendí, en el visor apareció una figurita con forma de pila en un vistoso color blanco. La batería estaba muerta.
Soy bien leso, porque se me olvidó cargar las pilas de la cámara y sólo me alcanzó la carga para sacar fotos cuando iba rumbo a la luna. Había paisajes increíbles, pero cuando tenga tiempo iré de nuevo y capturaré cada rincón con la digital. Lo que más me gustó fue la cantidad de árboles, sobretodo los amarillos con café, que parecían cebras. También, pese al poco tiempo que tenía, alcancé a visitar un resorte gigante, que es un lugar adecuado para que la gente libere tensiones. En ese momento el que saltaba en el resorte era Forrest Gump, pero no quise saludarlo porque me iban a dar ganas de comer camarones ecuatorianos.
Ese soy yo cuando iba camino a la luna. No se puede apreciar su color verde porque la foto es en blanco y azul. Como el Colo Colo.
Cuando llegué a la luna me di cuenta al tiro de algo: se nota que los norteamericanos nunca llegaron a la luna como ellos decían. Y todo fue una farsa para tratar de demostrar que ellos son los mejores de todo y para todo en el mundo. Como ese señor que se tiró en bunjie desde un helicóptero sólo para que digan que es un maestro y el mejor de todos en eso. Obvio que era estadounidense. Digo que se nota que nunca llegaron porque la única bandera que encontré fue ésta:
La luna es realmente maravillosa, se puede apreciar la tierra completamente. Es verdad que se ve la muralla china y el obelisco. Pensar que tuve que ir hasta allá arriba para conocerlos. Pero valió la pena. Claro que me fue imposible lograr una buena concentración para escribir el guión. En ese lugar, rebosante de estrellas, y no me refiero a Dan Brown ni a Winona Rider, que también andaba de paseo por ahí, sino a los verdaderos astros que adornan el manto negro, es muy difícil trabajar sin distracciones.
Si van a la luna es mejor no llevar el disco de Coldplay, porque sus canciones son tan pegotes que después van a andar repitiéndolas sin poder parar y no podrán disfrutar del silencio eterno del espacio.
Quería regresar a la tierra. Estaba cansado. Deseaba ya realmente irme. Intenté conseguir una bicicleta para hacer el retorno más rápido. Pero la única que había en toda la luna la estaba usando el omnipresente Dan Brown para el rodaje de su nueva película: “Diarios de Bicicleta”. Me preguntó si quería actuar, pero le dije no gracias, yo soy escritor de cine y no actor. Me di la vuelta y comencé a caminar hacia abajo, pensando en alguna idea para el guión.