lunes, julio 03, 2006

Oh Dios Balota!

Seguramente esta sea la frase que mejor representa el momento actual del mundo. Frase pronunciada por un "sacerdote" en mi colegio, que estoy seguro de que él era un enviado de Dios (de Dios Balota claro). Gracias al Mundial todo gira en torno a un balón, o mejor dicho todo se detiene para ver girar un balón. Basta con oir la canción de Coca-Cola.

Oh Dios Balota, qué sería el planeta sin tí. Me atrevo a decir que existen más fieles a esta divinidad, un tanto esférica, que a otros profetas o mesías. Una religión sin duda, de la que me siento miembro activo. Es por eso quizás la sobrepoblación de pelotas de fútbol que hay en mi pieza. De distintos colores y tamaños. Todas maravillosas. Todas son hermosas. Había estado durmiendo con mi viejo balón Nike, uno que es como de 1999. El pobre está desinflado y sin posibilidades de volver a las canchas, pero me es imposible deshacerme de él, porque como sabrán es un Dios. Un Dios Balota! Claro que a veces los Dioses, en una religión con tantas réplicas del máximo líder espiritual, pueden ser reemplazados. Un nuevo Dios Balota llegó a mí, cuando logré juntar el dinero necesario para adquirirlo. Porque en esta religión a veces hay que invertir, en realidad casi siempre, para así poder participar. Pero bueno, es un Balón hermoso, que de verdad me da pena pegarle una patada, porque desde ese momento comenzará su desgaste. Pero también hay que pensar que sin patadas el Dios no existiría. Para eso fue inventado. Gracias a eso creemos en él.

Quiero aprovechar de disculparme por las diatribas que pude pronunciar en tu contra. Como por ejemplo: Pelota de mierrr...coles. O cosas así, pero es que hay ocasiones en que Dios se pone caprichoso y no quiere entrar al cielo y tocar las redes de la gloria. Dudo que alguna vez haya querido cambiarme de religión. El fútbol es, con seguridad, lo único que jamás cambiaré. No logro imaginar un planeta sin Fútbol. Quizás el Planeta Wally Carretero pueda abstenerse del fútbol...mmm pensándolo bien no, ahí también habría un Dios Balota.
Este es mi antiguo Dios Balota:
Y este es mi nuevo Dios:


Mi obsesión no sé bien de dónde proviene, ya que no fui criado en una familia futbolera, y mis amigos tampoco me guiaron por el buen camino del deporte del balón. Sólo sé que desde que medía menos que un hobbit, un balón ha sido mi juguete favorito. El regalo perfecto. Y el compañero ideal. Recuerdo la mayoría de los Dioses que he tenido. Uno blanco con vistozos verdes y morados en los cascos. Uno marca Puma que me regaló el sabio Michael Alán. Uno con colores negros y rojos, canjeado en la Shell, uno blanco con negro del supermercado Vhymeister (tradición a su servicio) que lo tenía todo Puerto Varas y se llenaba de agua (un Dios deficiente). Uno negro con cascos de colores fosforescentes, que me molestaban y me decían que le sacara las pilas. Tuve también uno chico, número 4, que me gustaba bastante y lo ocupé por mucho tiempo, prefiriéndolo incluso por sobre la número 5. Mi hermano mayor se ganó el Adidas Questra del Mundial de Estados Unidos 94, con lo cual también se ganó toda mi envidia. Años después encontré en oferta un balón Nike, que era el profesional, antes de pensarlo ya había desenfundado mis ahorros y el balón estaba entre mis brazos (uno de los mejores que he tenido). Luego compré otra pelota Nike, una naranja, como las que se usan para jugar en estadios con nieve en Europa. Sin embargo, al día siguiente lo quería cambiar. Era muy duro y no daba buen bote. Mi timidez obligó a que mi mamá hiciera las gestiones necesarias para cambiarlo. Un tradicional balón blanco fue el escogido para reemplazar al Dios que parecía naranja Thompson. Adquirí también un balón pequeño, réplica del Nike que les mencionaba y que ahora está jubildado. Esa réplica de Dios en versión miniatura, está firmada por jugadores de la Católica. Bueno, omito aquí todos los balones de esponja, de goma o de género que tengo y he tenido.
Para mi cumpleaños de 2004, si no me equivoco, no se me ocurrió nada mejor que pedirle a mi mamá que me regalará un balón. Sí, aunque no lo crean, otro más. En esa oportunidad pedí uno bueno. Un Nike de buen cuero y un modelo además estiloso. Tenía líneas de colores, verde, rojo y amarillo, y creo que azul también. Digo tenía porque el uso le borró los colores, y el uso también terminó por hacerlo perder el aire perpetuamente. Ese también ha sido de los mejores. Tras el deceso de ese Dios, me vi obligado a permanecer un tiempo sin un balón en Santiago. Tuve que conformarme con jugar dentro del departamento sólo con un pequeño balón número 3, azul con amarillo como el Impreza de Tommy Mckinnen. Pero bendito sea el ahorro. Cuando logré juntar el dinero necesario, no lo dudé y me dirigí a la tienda más cercana, en busca del modelo Nike que tenía entre ceja y pestaña. Me sentí triste cuando ví que sólo había uno, y medio despintado. Pero en otro cajón de Dioses había varios más. Escogí uno que estuviera envuelto en una bolsa, para asegurarme de que estuviera nuevo de paquete. Ahora duermo con él. Cuando puedo lo saco a pasear, pero aún no me he dado el gusto de pegarle una buena patada. De esas que hacen que Dios sea mi más grande afición.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tomás: Dios Balota está dando que hablar en estos días de fervor pelotero; a tal punto que sus rebotes y tentáculos invadieron mi subconsciente y me hicieron soñar que era futbolista e iba a jugar en un partido mixto... me desperté cuando empezaba el partido y yo aún no llegaba al juego porque estaba atrasada, creo que fue un presagio de que realmente estaba atrasada en la vida real: hoy casi no llego a una prueba por ese sueño. Pero en fin, fue un buen sueño, todo gracias a dios Balota.
PD: No te tinca crear un rezo? o ya hay uno?

10:33 p. m.  
Blogger Tomás said...

jajaja lo del rezo lo he planeado, pero realmente quiero dedicalre más tiempo a algo tan escencial en una religión...apenas logre un estado de concentración lo crearé. Quizás en una noche de carrete en el dpto de Felipe (me podría ayudar Wally). Gracias por el coment.

10:38 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Holi Tomás!
me hiciste reir mucho con tu apología a Dios Balota
Espero que sigas en la senda bloggística para leerte más seguido!
besos, cuidate mucho y nos estamos viendo
F.

11:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo también soñé lo mismo, pero el sueño se acabó cuando estaba en el camarín mixto!!!

12:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"ocurrencias cuáticas" definitivamente es un muy buen nombre para un blog.....me encantoo!!...tomás: SEKO JAJAJAJAJA

el textoo......tb me gustoo, ya te dijee los comentarios en personaaa....peroo me sigo sorprendiendoo de lo extensooooo q es!

peroo está buenismooo......

esperoo seguir leyendo más historias cuáticas....q no sean sólo de futbol obviooo.....aunque sabes q igual algo me gustaa el futbol...

mejor q no hablemos de esoo....perooo GRANDE LA U

jjajaj

nos vemos !

besos

11:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ando corto de tiempo, asiq ahi va...... tomashhon, garnde, gigante, maestdooooooooo, jamas en mi vida habia leido algo tan pera tan profundo, resume todo lo que uno siente por algo tan valioso como es el balon de futbol. Una religion como es el futbol, con su principal actor, el Dios de muchos: el balon.

tomash, seko...... saludos cabro nos vemos luego por estos lados.

Gufo!

6:06 p. m.  

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