martes, agosto 29, 2006

Me escupió un "homeless"

Cual ametralladora iraquí, el sujeto me lanzó tres escupitajos en un segundo. Venía yo de regreso a mi hogar a eso de las 4 con 52 minutos, desde la universidad, cuando en una de las esquinas de Obispo Salas con Arzobispo Vicuña (calle en que resido) había un vagabundo recostado en el piso. Lo miré de reojo e inmediatamente oigo el sonido del líquido salival expulsado desde su boca. 1…2…3 escupos a una velocidad increíble y girando los disparos como siguiendo mi movimiento. Gracias a un pequeño desplazamiento lateral pude evitar el impacto.

Continué avanzado, con paso un tanto exaltado y con rápidas miradas hacia atrás para comprobar que el hombre de barba desgarbada y pelo sucio no me siguiera. Intercalaba la vista entre lo que podría ocurrir a mi espalda y mi pantalón para ver si había rastros del ataque. No podía creerlo, no había hecho nada, tan sólo pasé caminado por ahí, por donde paso cada día y este tipo, simulando a un hincha de fútbol pegado al alambrado para intentar manchar con saliva a un jugador, quiso hacer lo mismo conmigo.

No entiendo su comportamiento, ni el de ninguna persona que escupa a otra. Un acto tan bajo como tirar ese líquido un tanto viscoso sobre otro ser humano me causa un gran rechazo. Y no es la primera vez que me pasa. Ya recibí un proyectil de fluido bucal en otra ocasión. Aunque esa la acepté, porque no fue ni de una mujer ni de un hombre. Fue un animalejo. Una llama, el bicharraco experto en escupos.

Cuando aún iba al colegio, un día fui a la casa de un amigo que coleccionaba de estos animales en Puerto Varas. Él alimentaba a unas llamas con pasto y frutas. Yo me disponía a darle una manzana en la boca a uno de los herbívoros. Éste se acercó lenta y amablemente mirándome a los ojos y cuando estaba a punto de comer el fruto ¡PAFFF! Lanzó un disparo que no me permitió reflejo alguno. El impacto dio justo en mi boca, por lo que tuve la posibilidad de degustar el fluido llamístico.

Si bien el escupo del homeless.com no me alcanzó, y el de la llama sí, lo de hoy fue algo más extraño y sorprendente. El animalito pudo verse ofendido con mi ofrecimiento de manzana verde, quizás él se sentía capaz de alimentarse solo, y su actitud fue como decirme “hey yo puedo solo ¿ok? No quiero tu manzana”. Pero lo del tipo en la calle no lo entiendo, no le hice nada. Tal vez sólo fui su blanco para jugar a la puntería. Qué sé yo.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Debo confesar que al comienzo me dio susto el señor ese. Pero luego de leer tu historia con la llama no puedo parar de reirme. Me lo imagino perfecto y me parece una escena digna de Video Loco.

Tampoco me gusta eso de andar tirando baba viscosa, es más, creo que nunca podría tirar nada a gran velocidad de mi boca... todo quedaría colgando de mi mentón. Sería algo así como el momento de la película Titanic en que Jack le enseña a escupir a Rose y el resultado no es más que un desastre salival.

Pobre de tí, víctima de fluidos bucales. Más suerte para la próxima... Good Luck! =*

11:23 p. m.  
Blogger María Bonita said...

Tomáaaas!!
Me cagué de la risa con tu historia. Pero en verdad no me gustaría haber estado en tu lugar.
Lo de las llamas de Michael Weisser lo entiendo, pero ese viejo loco...que asco!!! Menos mal no te alcanzó a llegar.
Bueno Tomy opino que deberías cambiar de trayecto hacia tu casa jajaja.
Un besoo
adios.

2:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Woooo, cabe destacar que el término homeless t lo inculqué yo, y siempre te dije que esos tipos eran peligrosos, especialmente el de esa esquina. Nunca comprendí mi aprehención (¿así se escribe?) hacia ellos, y de hecho ya lo consideraba superado por las constantes visitas semana a semana a hablar con ellos, pero ese viejato jamás contará con mi aprobación... llamas no soporto.

4:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El Vagabundo

Aunque los lectores no me crean....el autor de este artículo está mintiendo, yo no escupo a alguien porque sea mi hoby... este joven realizó un cruel acto contra mi persona... y contaré mi versión de los hechos;
Yo estaba recostado sobre la acera en el lugar que este joven indica...pensando en hechos que me hacen sufrir, pero que no tienen nada que ver en esta historia...de pronto ví que un joven con muy buena precencia se acercaba a mí...(tenía cierto parecido a George Harrison), fue por eso que lo miré, la verdad es que yo estaba asombrado por su parecido..., y quería apreciar su cara...., con esto me puse a cantar una canción de ese tremendo artista...."here comes the sun". Para mi sorpresa, cuando este joven estaba cerca mío, con cierta cara de susto, me oyó cantar esta hermosa canción....con esto se exaltó...y me dijo..."YO NO SOY HARRISON", con esto me dio un pequeño golpe con una zapatilla bastante vistosa....fue en eso que yo me decidía a lanzar mis escupos...él no hizo nada frente a esto, puesto que él sabía perfectamente porque yo actué de esa forma...

6:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tomás...me parece muy feo lo que hiciste con el vagabundo, creo que su versión me convence más que la tuya..y me parece que tenemos una seria conversación pendiente.
¿como pudiste?, ¿que ganabas pegandole a este individuo?, ¿porque mentir así..?, sinceramente creo que necesitas ayuda profesional. Y cuenta conmigo para lo que quieras, desahogate...pero insisto en que el vagabundo no tenía la culpa sobre tus complejos sobre Harrison..

Un abrazo, de tu primo.

2:01 p. m.  
Blogger Tomás said...

Por qué creerle a él? Yo no hice nada, soy inocente.

7:00 p. m.  

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